jueves, diciembre 20, 2012

Decir Gracias!!!!!!!!!!!



Solo voy a agradecerte una vez más por este regalo Analía!!!!!! 
Por tu generosidad y por tu don de gente!
Gracias en mi nombre y en el de mi hija por tan lindo regalo y por la inmensa oportunidad de formar parte del Hogar Crecer y de la Biblio..........

Gracias Infinitas y muy Feliz Navidad!!!!!!!!!!!



http://biblio-peque.blogspot.com/2012/12/camila-claudia-y-hogar-crecer.html


Esta es mi poesía de Regalo para todos ustedes.. Por una Navidad llena de Paz!!!!!!!


La historia de Navidad

Cuenta una linda historia
que un hombre y una mujer,
viajando junto a un burrito
llegaron hasta Belén.
Un lucero que brillaba
en el cielo los llevó
a un lugar muy pequeñito
donde José construyó,
un pesebre muy precario
lleno de Paz y de Amor.
Allí fue donde María
despacito se acostó
y dio a luz a su hijo,
Jesús, nuestro Señor.
El niño recibió esa noche
de todos la bendición.
Los pastores le cantaban
suavemente con su voz
canciones y villancicos
dándole gracias a Dios.
Los Reyes también llegaron,
un cometa los guió,
y le dejaron ofrendas
una de cada color:
El incienso por su aroma,
la mirra por su dulzor,
Y el oro por la riqueza
en su alma y corazón.
José el carpintero,
estaba dichoso de ser
el padre de aquél pequeño
al que adoraban con fe.
María la madre virgen
era la santa mujer
que había sido elegida
para en su vientre tener
al hijo de Dios, que ese día
había nacido en Belén.
Desde ese entonces nosotros,
festejamos Navidad…
Tiempo de fe y de esperanza
tiempo de unión y de paz.
Noche Buena para todos
Noche santa para Dios,
Noche de sueños y luces
Noche llena de amor.
Donde mil deseos repartidos,
en globos de mucho color,
quieren llegar hasta el cielo
para ser cumplidos, ¡Señor!
  
 Copyright © 2012. ® Claudia de Angelis. Todos los derechos reservados—





Preparándonos para las Fiestas....

La Navidad se acerca.......nuestros deseos son colgados en el árbol que prende y apaga sus luces con la misma intermitencia que un parpadeo.

Los festejos surgen y las ganas de abrazar parecen multiplicarse, corremos por éstos días y nos vemos con todos los que tal vez durante el año no pudimos compartir un llamado o un café. Por arte de magia inventamos minutos y segundos al tiempo, organizamos reuniones y mandamos saludos a todos.........
El clima festivo reina y Papá Noel carga la bolsa de los regalos....
Alguna vez este cuento fue una realidad, Papá Noel trajo a Clarita y mi hija fue feliz con ella....hoy se los regalo a ustedes ojalá que lo disfruten. Agradezco a "Leer por Leer" haberlo publicado en su página.


   Un regalo de Navidad


Clarita, había llegado un día muy particular a la casa de Jazmín.
Ella la esperaba desde hacía muchísimo tiempo, casi desde
 el día en el que había empezado a comprender, lo lindo que era estar acompañado.
Cuando faltaba poquito para finalizar el año, Jazmín y sus papás, debieron mudarse a un departamento nuevo.
Aquellos tiempos resultaron ser demasiado agotadores para todos y entre medio de miles de cajas apiladas por todo el comedor y grandes bolsas de ropa, Jazmín esperaba la llegada de Papá Noel.
Esa Navidad para ella tenía algo que la hacía distinta a las demás, y ese algo, era el regalo que había pedido.
Como lo hacía en Diciembre escribió con mucha anticipación la carta:
—Papá Noel, ésta Navidad te pido sólo un regalo—y con letra pequeña le puso nombre a su deseo.
Luego cerró el sobre de color rosa y junto a su papá lo dejaron en el buzón.
En la casa nueva, su mamá preparó el árbol de Navidad arriba de una mesita muy pequeña que pudo encontrar entre tanto desorden. Cerca del árbol colocó al pequeño pesebre.
Por la tarde, el sol brilló hasta entrada la tarde y Jazmín no hacía más que mirar el reloj, las horas para ella parecían detenidas en el tiempo.
Cuando los aromas mezclados comenzaron a inundar el aire, y el clima festivo comenzó a pintar de colores el cielo, la niña pedía con sus ojos apretados ver su regalo hecho realidad.
—¿Cómo harás para traérmelo?—se preguntaba y se contestaba una y otra vez tratando de darse la mejor de las respuestas en un monólogo interminable, lleno de incertidumbre.
Al cabo de unas horas, ya todo estaba preparado, la mesa puesta, la cena lista y la familia pronta a sentarse a disfrutar de la Noche buena.
Jazmín ansiaba tener una mascota, no tenía hermanitos y ella quería compartir todo su amor con un perro al que antes de conocer ya le había puesto nombre y había comenzado a amar.
Cuando los ruidos de la calle y las sirenas de las radios anunciaban la llegada de la Navidad, Jazmín, sólo miraba por la ventana esperando ver a Papá Noel con su regalo. A las doce en punto, ni un minuto antes ni un minuto después , la niña escuchó sonar el timbre de su casa, corrió hacia la puerta y cuando la abrió, no vio a nadie, sólo encontró una enorme caja con un moño rojo que decía:
—¡Quiéreme mucho!
Cuando la niña terminó de leer, sacó rápido el moño, abrió más rápido aún la caja y vio a un pequeño montículo de pelo negro con cuatro patas, acurrucado en un extremo de la misma.
—¡Mamá! ¡Papá!— gritaba.
Su expresión era difícil de describir, como si la alegría y el desconcierto se hubiesen apoderado al mismo instante de aquel rostro precioso que Jazmín tenía.
—¡Es mi cachorrita, y es negra como yo la pedí—así gritaba la niña mientras la abrazaba sin separarla de su pecho.
Cuando miró a su perrita, se dio cuenta que había otro papel diminuto colgando de su cuello, al que prefirió leer en silencio. Luego se asomó al balcón y mirando al cielo que parecía una enorme linterna, prometió que cuidaría de ella siempre.
Se iba a llamar Clarita, porque su pelaje era justo lo opuesto a lo claro, era negra azabache.
Los días que siguieron a aquella Navidad, fueron únicos e irrepetibles para las dos.
Jazmín y Clarita se transformaron con el paso del tiempo en amigas inseparables, en compañeras de aventuras.
Clarita aprendió con Jazmín a sentarse, cuando ella se lo ordenaba antes de cruzar la calle, a compartir las tardes de juego y a jugar con la pelota y Jazmín aprendió con Clara muchas más cosas de las que ella le había enseñado.
Aprendió que el Amor cuando se reparte, es amor multiplicado; que cuidarla a Clarita y velar por ella, significaba amarla mucho, que no dormir por eso, era el amor preocupado, que preocuparse por alguien era amar desinteresadamente,
que la palabra “lealtad” no existía sólo en el diccionario.
Entendió que un gesto de amor valía más que mil palabras y de eso Clarita, sabía un montón.
Aquellos años juntas fueron los mejores, los más lindos y los que les enseñaron a las dos a escribir recuerdos en al alma.
Este será el segundo año que Jazmín espera la Navidad junto a Clarita y como siempre cada vez que esa noche se acerca, también los sueños se acercan con ganas de hacerse realidad.
Ellas ya pidieron sus deseos, tal vez en algún otro lugar cerca o lejos de aquí haya una niña esperando por su perrita o quizás haya una perrita esperando por su dueño.
Feliz Navidad
 .Copyright © 2012. ® Claudia de Angelis. Todos los derechos reservados—

viernes, noviembre 23, 2012

Viernes 23 de noviembre....Una razón más para decirle GRACIAS a la vida!!!!!!!!!!

Todos pueden leer ahora la historia de Nacho, estoy feliz de que la conozcan, estoy contenta de verla publicada, soy muy afortunada de poder encontrar en mi camino a las personas que como yo, aman lo que eligen hacer y disfrutan cuando ven plasmados todos sus sueños en hermosas realidades!!!!!!!!!!!!!!

Gracias a todos los que me ayudaron a hacer realidad los míos.Gracias infinitas: Analía, Pablo, Camila Sol, Julia, Teresita, y a todos los que disfruten cuando lo lean.....un gusto enorme poder compartirlo con ustedes. 

martes, noviembre 06, 2012

6 de Noviembre....quiero contar una historia de Amor


La consigna era escribir a partir de lo escrito.....Me encantó hacer este trabajo.     


  “Pero en definitiva ¿qué es lo Nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a los otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente, esto no es una aventura, ni un programa,-ni menos que menos un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad.”
Así definía Juan lo que sentía por Eleonora, un vínculo sin restricciones perpetuado en el tiempo, que los hacía ir por la vida sin advertir que estaban envejeciendo juntos. Tenían las manos arrugadas y los rostros translúcidos. Cuando se encontraban, sentían un entusiasmo enloquecedor y los dos habían aprendido, con el paso de los años, que las palabras no siempre eran necesarias y que el silencio hablaba cuando se hacía presente y tangible. Si compartían un café, nunca faltaban los gestos de caballerosidad por parte de Juan, le separaba la silla, le quitaba el abrigo y le entregaba un chocolate con el sólo pretexto de rosarle las manos. Después del café caminaban alrededor de una plaza y buscaban el tronco del ciprés en el que habían dejado grabadas las iniciales de sus nombres, luego se sentaban a descansar en un banco y se contemplaban tan embelesados, como cuando se vieron por primera vez.
 Para Juan y Eleonora no había otro placer más intenso que verse, escucharse y reír juntos. Pero aquel universo que les pertenecía no siempre les devolvía las mejores sensaciones. Un día mientras Juan la esperaba, sintió que la desesperación se apoderaba de todo su ser.
Él  sabía que ella no vendría a su encuentro, la conocía tanto que solo algo malo podía presagiar, se sentía incómodo y su corazón latía tan rápido que podía palparlo a través de su camisa. Entró a un bar para tratar de calmarse y poner en claro aquella mezcla de sensaciones que por ratos no lo dejaban respirar, allí pensó que ella podría estar esperándolo en la plaza donde antes caminaban, y salió a buscarla, lento, conmovido, pero seguro de que la encontraría.
 Llegó al lugar. La soledad lo apabulló pero su perseverancia ganó la batalla entonces  como pudo se acercó al árbol de las iniciales y por sorpresa la vio a ella sentada y hablando sola. El silencio volvió a reinar entre los dos, se agachó, la miró a los ojos y la abrazó muy fuerte, después posó sus manos sobre aquel rostro, tibio, arrugado, pero todavía terso, le dio un beso de amor infinito y le prometió no abandonarla jamás.
Eleonora ya había elegido irse de viaje quién sabe adónde y Juan ni siquiera lo dudó, hizo sus maletas y escapó con ella.


miércoles, octubre 24, 2012

Otra satisfacción enorme, la publicación de"...Un secreto en la casa de Dios....". Que alegría, gracias miles Julia por creer y confiar en mí. Bello relato que me encantó escribir, espero que les guste. Y gracias a Dios y a la vida, sigo sumando caricias a mi alma!!!!!!!


Un secreto en la casa de Dios
Yo he visto algo más bajo el sol; en lugar del derecho,
la maldad y en lugar de la justicia, la iniquidad.
Entonces me dije a mi mismo: Dios juzgará al justo y al malvado,
porque allá hay un tiempo para cada cosa y para cada acción…
3.16; 17
El descarriado se sacia con los frutos de su conducta,
Y el hombre de bien con sus acciones.
Proverbio 14. 14
Un ruido ensordecedor y plomizo interrumpió, aquella mañana, el silencio que se respiraba dentro de la iglesia. El cura salió de la sacristía y se persignó delante del altar. Era la primera vez que un ruido le hacía sentir miedo. Caminó hasta uno de los confesionarios y quedó perplejo cuando vio el cuerpo de un muchacho desparramado en el piso. Estaba dolorido y una herida se hacía visible a través de la manga de su camisa que estaba teñida de sangre. Se acercó y trató de mirar su rostro. Lo conocía, era Raúl. El muchacho como pudo le dijo que lo estaban persiguiendo y le pidió que se retirara de la iglesia antes de que lo lastimaran. El cura primero dudó, después le hizo caso y se fue.
Mientras la sotana se movía al ritmo de sus pasos, pensaba en el rostro de aquel joven. No pudo llegar demasiado lejos, sabía que abandonar a un cristiano no era algo que se le estuviese permitido. Paró en la pulpería del pueblo y se sentó unos segundos para tranquilizarse y pensar. Tomó un vaso de agua y se retiró. Desandando el mismo camino volvió a la capilla la culpa le pesaba demasiado y ni los rezos lograban disiparla. Una sensación perturbadora lo perseguía paso tras paso. Cuando llegó a la iglesia entró por la puerta de atrás en busca de Raúl, pero nunca lo encontró. Desalentado, se sentó en un banco del altar, tomó la biblia y leyó el Eclesiastés 3.1-8. Mientras leía, recordaba como en una imagen superpuesta la cara de Raúl en los tiempos en los que había sido monaguillo y en la del muchacho herido, consternado e indigente que había encontrado a la mañana. Casi sin quererlo, mientras sus ojos recorrían las escrituras sagradas, los recuerdos lo sometían a seguir pensando. ¿Era cierto lo que había visto? ¿Qué le había pasado a Raúl?
Dudó de todo: de su fe y de quien había sido su seguidor. Cuando las preguntas dejaron de perturbarlo recordó un hecho puntual ocurrido en la iglesia. Era habitual que el monaguillo llegara unos minutos antes de que la misa comenzara, pero ese día Raúl se había presentado temprano. Estaba cansado y sus ropas estaban impregnadas de un olor fuerte y rancio. Cuando le había preguntado de dónde venía, Raúl comenzó a armar un relato lleno de contradicciones que ni él mismo podía seguir con coherencia, fue en ese instante que el cura pudo comprender que su discípulo guardaba un secreto que no se atrevía a develar y dejó que sus citas con Dios lo encaminaran y esclarecieran. Luego comenzó a entender. Ni Raúl era tan bueno como parecía ni tan servicial y gentil como se mostraba. Las dudas comenzaron a impacientarlo y rezó para persuadir los malos pensamientos que lo torturaban sin piedad.
Todavía de rodillas otro ruido volvía a inquietarlo; los pasos de alguien que caminaba hacia el altar retumbaban en sus oídos como una amenaza. Como pudo se puso de pie. Cuando intentaba girar su cuerpo, un hombre le disparó en la nuca y lo mató. Después fue hacia el altar, se persignó y se alejó con tranquilidad.
El silencio sepulcral volvió a respirarse en ese lugar en el que sólo los santos habían sido testigos de lo ocurrido. El cuerpo del cura permaneció en el piso hasta poco tiempo antes de la misa que nunca comenzó. Los pueblerinos aún murmuran sobre el crimen y la iglesia jamás volvió a abrir sus puertas a la fe.

Claudia de Angelis
Modalidad: A distancia
Nivel B – Módulo: 3, consigna 4
Octubre de 2012

miércoles, octubre 17, 2012

Ayer 16/10/2012.....muy feliz!!!!!!!

Una hora en la vida de Lucila fue publicado en Literatorio.
Mucha felicidad...mucha alegría compartida.
Gracias Julia por mostrar en tu web los trabajos de tus talleristas, son una caricia necesaria para que sigamos   tratando de encontrar nuestro camino......"Y cuando a ti se abran muchos caminos y no sepas cuál tomar, no elijas uno al azar, siéntate y espera. Respira con la profundidad confiada con que respiraste el día en que viniste al mundo; sin dejarte distraer por nada, espera y vuelve a esperar. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Cuando te hable, levántate y marcha hacia donde él te lleve....."
Un poco así fue el día en el que elegí comenzar con el taller.....ya pasó mucho tiempo y el entusiasmo se mantiene atento como el primer día...
No sé cómo termina el cuento, ahora disfruto de poder contarlo y compartirlo!!!!!!!!!!!!!!

martes, octubre 09, 2012

Después de cumplir años, de los besos, abrazos y saludos recibidos, nada mejor que compartir con ustedes un relato...Un día en la vida de Lucila... que bien puede ser en la vida de cualquier mujer, se los presento.




Un día en la vida de Lucila

El despertador sonaba a las seis. La mañana comenzaba muy temprano para Lucila. Todavía escondida entre las cobijas, estiraba el brazo con torpeza y se despertaba cuando lo escuchaba rodar por el piso. A pesar de su cansancio y de sus ganas de abandonar la rutina, se levantaba contenta. Octubre era la época del año que más disfrutaba, la que sentía fluir por sus venas como una inyección de energía. Con el pijama puesto iba hacia la cocina. Caminaba lento y se llenaba los pulmones del aire con olor a cítricos que el desodorante de su marido había dejado flotando por el ambiente. Una razón más para contentarse, los olores eran indispensables en su vida. Se asomaba por la ventana y veía cómo el cielo se despertaba y se teñía con la luz del sol. Tomaba la caja de fósforos y con cuidado para que la brisa que entraba por la ventana no se lo apagase encendía la hornalla. Después apoyaba el jarro de leche fría sobre la llama y se mantenía fiel a su lado esperando que hirviera porque limpiar la leche derramada la ponía de muy mal humor.

Desde que se despertaba hasta que salía camino a la escuela, pasaba tan sólo una hora en el reloj, en medida cronológica una cita con el ayer. Era inevitable que algún capítulo de su vida no estuviese presente en aquel momento de la mañana que la invitaba a viajar al pasado, casi sin que pudiese advertirlo. El olor de las tostadas, el café recién preparado la ayudaban a memorizar momentos de su niñez. Recordaba su casa de la infancia, su mamá y sus hermanos. Se sorprendía a sí misma de estar ocupando aquel lugar que parecía tan lejano cuando era pequeña.
Cuando menos lo imaginaba, una mano pequeña golpeaba su espalda y le decía en voz baja:—Mami, ya estoy lista.Entonces se daba vuelta y el presente se reflejaba en los ojos de su hija. Se miraban, se abrazaban fuerte y Lucila volvía a ser mamá en segundos. Tomaba el cepillo, peinaba el cabello de la niña y descubría recién en ese momento que el tiempo que había transcurrido entre su fugaz recuerdo y la realidad, parecía haber sido toda una vida. Después se cambiaba, abandonaba el pijama y antes de salir del cuarto miraba otra vez el reloj. Eran las siete de la mañana. A las siete y cuarto, bajaban por el ascensor, salían juntas de la mano y acompañadas por el sonido de las ruedas de la mochila sobre las veredas, se despedían con un beso eterno en la puerta del colegio.

 Copyright © 2012. ® Claudia de Angelis. Todos los derechos reservados—


domingo, septiembre 30, 2012

Y me animé a más...


En el mes de octubre, participé  en un concurso literario de la Fundación Diagnóstico Maipú, en la semana del  Cáncer de Mama...Esta vez mi cuento  "El destino de Mercedes" tuvo una mención.Experiencia conmovedora, tarde de aprendizaje y muchas ganas de seguir conquistando otros campos de la vasta literatura...

En enero del año 2012, me anoté en un taller a distancia que sigo cursando en la actualidad.....

Sueños cumplidos, caricias en el alma, y cuentos para leer!!!!!! y mucha felicidad para compartir!!!!!!


Una mujer con sombrero
En la sala decorada por telas de diversos colores y paredes de ladrillo, el atril  parecía ser el gran protagonista de las escenas que una a una se sucedían, cuando Bautista comenzaba a crear.
Bautista tenía cincuenta años y amaba pintar, era un artista reconocido y la fama le había llegado el día en el que su obra, “Una mujer con  sombrero”, había sido reconocida con una distinción en el museo de arte contemporáneo.
Aquella obra única, colorida, sutil y poética derrochaba un placer visual intenso pocas veces reflejado en una pintura.
Cada vez que Bautista la miraba, recordaba con precisión las pinceladas de sentimientos que sin duda había dejado translucir en ella sin imaginar cuál sería su trágico final.
Aquel día el intenso frío había intentado postergar el bello desnudo de Beatriz, su musa inspiradora, pero ni la nieve de la carretera ni el viento, habían impedido que la muchacha llegara con puntualidad a cumplir con su trabajo.
—Hola — dijo Beatriz, todavía con el abrigo puesto.
— ¡Viniste!— respondió exaltado Bautista, como sin poder creer que toda aquella hermosura estuviese esperando frente a él para quedar eternizada en la tela.
— ¡Claro, ¡en eso habíamos quedado!  —aclaró Beatriz y con un gesto sutil, caminó hacia el biombo para despojarse de la ropa y posar.
Aquella tarde, la música clásica parecía reproducirse también sobre el lienzo en el que  Bautista dejaba la impronta de sus dedos cada vez que necesitaba ordenar un trazo de color.
Beatriz parecía serena y tenía una expresión tan bella en el rostro  que el maestro no hacía más que mirarla, atraído por su encanto casi enloquecedor.
El estaba feliz no sólo porque amaba lo que hacía, sino porque estaba enamorado de su musa.
Pero ella, era una muchacha joven, altanera, codiciosa y sólo buscaba sacar un rédito de su trabajo, nada le importaba más que ser la modelo de un artista famoso porque sabía que a través de la pintura alcanzaría fama y prestigio.
Sin embargo aquella tarde en la que los colores, la paleta y las telas estaban a punto de develar la obra, el clima ameno lograba malograrse con el sonido insistente de un timbre, que se escuchaba como un presagio.
— ¿Qué pasa maestro?— exclamó la muchacha algo nerviosa.
— ¡No lo sé!— dijo él— y se dirigió a la puerta para mirar a través del postigo.
Mientras caminaba, sintió que algo cambiaba en el atelier, la luz parecía esfumarse y la música sonaba de modo ensordecedor, cuando el maestro abrió el postigo, quedó perplejo, el hombre que se encontraba del otro lado de la puerta, le mostró un arma y le dijo:
— ¡Abrí la puerta rápido o te mato!—
Bautista, tembloroso dio vuelta la llave y no alcanzó si quiera a balbucear el nombre de su musa cuando un golpe por la espalda lo dejó inconsciente y lo desplomó contra el piso.
Beatriz ya cambiada corrió dónde yacía el cuerpo, y después de asegurarse del desmayo lo empujó con su pie hacia un costado del cuarto, abrió la puerta y abrazó al hombre que estaba del otro lado esperándola, todavía con el arma en la mano.
 Los dos habían planeado aquel ataque con mesura para robar, mientras Bautista continuaba todavía inconsciente.
Después escaparon dejando la puerta de calle entreabierta y algunas telas dispersas sobre los sillones del atelier.
Esa tarde, del mes de junio, el óleo de una mujer desnuda con sombrero, había sido  el único testigo de lo ocurrido y cada vez que Bautista miraba su obra no podía hacer menos que recordarlo.

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Marzo, 2011 Comienza la travesía...

Empecé a soñar...
Como un niño, preparé mis trabajos, los puse en un sobre y mi compañero de aventuras los dejó en el buzón.
Estaba esperanzada, me sentía feliz, por primera vez las palabras pudieron volar y se fueron de mi escritorio.
No hice más preguntas. Esperé sin desesperar...
Un mes después la notificación informaba que mis trabajos formarían parte de una antología de cuentos infantiles y que uno de ellos recibiría una mención.
El 24 de agosto de 2011, recibí el premio y desde entonces sigo embarcada en la aventura de escribir.








sábado, septiembre 29, 2012

MI FAMILIA





Mi familia es el pilar                                                   
En el que me apoyo y crezco
dónde puedo ser yo mismo
sin que nada me de miedo.

Mi familia es un lugar
más infinito que el cielo,
al que alcanzo con mirarlo
cada noche con mis rezos.

Mi familia es como un canto
que suena por todas partes
cuando le abre las puertas
a los chicos de la calle.

Mi familia es el rincón
en el que puedo esconderme
y mirar por el balcón
cuando el cielo se oscurece.

Mi familia es el espacio
en el que encuentro consuelo
cuando mi corazón lastimado
llora con desconcierto.

Mi familia es la que reza
por mi bien, todos los días
y es a la que yo abrazo
cuando la alegría brilla.


Mi familia es todo esto
que hoy les quise explicar,
es juego, amor y sendero
es vida, energía y más!

Aquí comparto la poesía que acompañó al premio recibido en el día de la familia en el Colegio de mi hija, Camila Sol....ya conocen el trabajo y a todos los que lo hicimos posible...faltaba sólo la letra.


Copyright © 2012. ® Claudia de Angelis. Todos los derechos reservados—

Decir Infancia (Poesía)

Poesía escrita conmemorando el día de la infancia. Sentimiento puro, recuerdos imborrables, inocencia infinita...

jueves, septiembre 20, 2012

Primer mensaje

Espero amor que este blog te sirva para que conozca la gente lo que haces y la potencialidad de tus creaciones.